Las cosas pueden estar pintando muy mal, puedes estar muy ansioso de los acontecimientos presentes en tu vida, pero desde el día en el que decides entregarle tu vida a Cristo, debes saber que desde ese día tu vida no te pertenece, ya no es tuya, sino que es de Dios, y todas las cosas que hay en la biblia; promesas para sus hijos, y mandamientos ya te aplican, desde el momento en el que renuncias al pecado y decides vivir una vida conforme a la voluntad de Dios, desde ese día, sus promesas son tus promesas, sus mandamientos son tus mandamientos, sus estatutos son tus estatutos, sus leyes son tus leyes, pero sobre todo, su gracia es tu gracia.

 ¿A dónde voy con esto?, a que aún las circunstancias se tornen incomodas en tu vida, debes saber que Dios está en control, de que ya Dios no es solo Dios para ti, ahora Dios es tu Señor, y lo mas importante aún después de eso, ahora el Señor es tu Padre, fuiste adoptado como hijo por medio de la sangre de Cristo Jesus, el cual no quiere ver a su hijo/a sufrir, y aún si sufre que sea por algún propósito, así como dice en las escrituras; "para los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien", Ahora también te aplica a ti, es como si hubieses comprado un ticket automático o un paquete de resort completo con todo incluido, por ley te corresponden todos los beneficios de la membresía VIP que te costó un precio el cual Cristo pagó por ti, es así, pero mejor, más especial, mas único, mas hermoso, por causa del inmenso amor que nos tiene nuestra Padre Celestial.

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”

S. Juan 1:12 RVR1960

Ya no estás solo, si lloras, clamas y gimes, serás escuchado, ya no tienes que lidiar con la vida por tu cuenta, sino que tendrás un compañero fiel que es el Espíritu Santo y un abogado a tu favor, que siempre peleara por ti, el cual es Cristo, y un juez que antes que ser juez es tu padre celestial, que te ama. No crees que es una belleza esto?, es maravilloso, Dios es maravilloso. 

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”

Romanos 8:14-16 RVR1960

Hubo un tiempo en mi vida en el que me sentía perdida, ansiosa, no tenía idea de lo que estaba haciendo, ni de qué saldría bueno a partir de ciertos procesos, lo que pensaba que era propósito de Dios se estaba desmoronando y no podía hacer nada para evitarlo, me estaba volviendo loca, en mi cabeza había un sin numero de pensamientos que me embargaban y no me dejaban tranquila, era terrible, y personas esperando ver qué yo iba a hacer, qué decision iba a tomar, cómo iba a reaccionar, y lo cierto era que yo no tenia idea, ni de que hacer ni que estaba ocurriendo, pero Dios sí sabia.

Sentía que necesitaba tomar el control de la situación, como si alguna vez lo hubiese tenido (que ilusa), sin embargo, Dios siempre tuvo el control de todo, y cuando ya me cansé de bracear contra la corriente, me dejé llevar, y fue cuando el Señor me mostró por fin su plan, y se glorificó, alabado sea.

Muchas veces Dios permite que nos cansemos, tratando de resolver algo que el sabe que nunca seremos capaces de resolver, pero a veces en nuestra terquedad cometemos decisiones tontas, y Dios nos mira con ojos de amor y nos deja por un tiempo hasta que por fin dejamos que sea El quien actúe, confiamos en El y ahí es donde ocurre el verdadero milagro.