“Dios no lo salvará”

La palabra de este día está en los siguientes versos;

“Muchos son, Señor, mis enemigos; muchos son los que se me oponen, y muchos los que de mí aseguran: «Dios no lo salvará». Selah Pero tú, Señor, eres el escudo que me protege; tú eres mi gloria; tú mantienes en alto mi cabeza. Clamo al Señor a voz en cuello y desde su monte santo él me responde. Selah Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene. No me asustan los miles de escuadrones que me acosan por doquier. ¡Levántate, Señor! ¡Ponme a salvo, Dios mío! ¡Rómpeles la quijada a mis enemigos! ¡Rómpeles los dientes a los malvados! Tuya es, Señor, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah”

‭‭Salmo‬ ‭3‬:‭1‬-‭8‬ ‭NVI‬‬

Este salmo es de David, y el lo escribe en el tiempo en que está huyendo de su propio hijo Absalón, que está literalmente buscándolo para matarlo.

Aquí David recurre a su único sustento que es Dios, el único que lo puede librar, de este suceso.

David como padre no se atreve a levantar la mano contra su propio hijo, porque lo ama, y muchos también murmuraban en contra suya y decían que David no saldría vivo de esta.

Cuantas veces nuestra propia familia o las personas más cercanas a nosotros, los que más amamos se tornan en contra nuestra, a tal grado que nos dejan indefensos y desesperanzados, o cuando no creen en nosotros ni en nuestra capacidad, así que creen fervientemente que no saldremos adelante y nos lo hacen saber, y son los primeros en criticarnos y darnos una patada de desanimo, nos matan el espíritu y las ganas de hacer lo que soñamos hacer.

Las heridas cuando vienen de personas que amamos son aún más fuertes y profundas, nos desarman completamente y nos dejan sin saber qué hacer, porque como les amamos no queremos arremeter con el mismo ímpetu que ellos hicieron en contra nuestra.

En esos momentos solo podemos acudir al Dios Justo y verdadero para que nos ayude a salir adelante, de tal manera que la sangre no se derrame por nuestra mano, sino que Dios sea quien haga justicia y demuestre lo contrario.

Es difícil, muy difícil, lo digo por experiencia propia, cuando tu propia familia habla mal de ti, note apoyan, te juzgan sin saber tú corazón o conocer tu verdad, no creen en ti y son capaces hasta de tronchar tus planes y sueños, porque pueden apostar en contra tuya, y están seguros de que van a ganar.

Es como si se te partieran el alma, pero el señor no nos llama a arremeter en contra de ellos, el señor nos llama a orar.

Tanto por nosotros, por nuestro corazón, para que sanemos y no nos tomemos esas en lo personal, como por ellos, sí yo se, suena difícil y más cuando se está herido, pero de esta manera el Señor nos libra de un mayor dolor, porque hay de ti que hagas algo por tu mano para luego arrepentirte.

El señor tu Dios te dará descanso, te sostendrá, te pondrá a salvo, El es tu justicia y tu salvación y El enviará bendición a sus hijos, y los librará.

El Señor es quien les mostrará que el que está contigo es más fuerte que el que está contra ti.

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