Lo que cubre la gracia

El problema

Entre mis 15 y 21 años viví sintiendo lastima de mi misma por lo mala que me consideraba como persona, no me gustaban los pensamientos que a veces pasaban por mi cabeza y cómo me hacían sentir.

Solía pensar que uno solo de esos pensamientos me llevaría directo al infierno, y que el hecho de yo pedirle perdón a Dios de corazón no era suficiente para yo sentirme perdonada, o para sentirme menos culpable de mi mente inicua.

Se que muchos se irán por el lado morboso a pensar que hablo de cosas en el ámbito sexual, pero sorpresa, no era solo de eso, cuando digo no solo, es obvio que sí tenia ese tipo de pesamientos como todo joven los tiene, y aún adultos maduros en la fe también batallan con estos pensamientos.

Pero no solo hablo de luchas en ese ámbito, también hablo de envidia, contienda, chisme, avaricia, deseos de cosas fuera de mi, y, qué tal estos pensamientos horribles que llegan a tu cabeza?, como que se choque alguien, o se tropiece y caiga al suelo, pensamientos, que constantemente me encontré reprendiendo, pensamientos que en mi entender, provienen del mismo infierno porque eran involuntarios.

Yo pensaba que el problema era yo, y que yo era mala (de mente perversa), y que no era suficiente mi oración pidiendo perdón.

Recuerdo yo siendo adolescente, darme cachetadas en la cara con mucho enojo e ira hacia mi persona por las cosas que me pasaban por la mente, cosas que yo misma no me perdonaba.

Siempre tuve una consideración sobre mi persona muy menor de lo que incluso otros podían tener sobre mi, y no me tomen a mal, estas luchas solo estaban en mi mente.

En lo exterior nunca mostré estas cosas, siempre fui muy obediente, y muy reservada en la iglesia, en sentido de estas cosas, cantaba en el ministerio de alabanza desde mis 15 años, siempre tuve el suficiente temor de Dios, como para nunca caer en el juego de mis propios pensamientos, pero si debo decir que fueron los causantes de la toma de muchas malas decisiones en mi vida o de la falta de carácter para decir que no a ciertas cosas.

Causantes de sufrimientos que no podría ni describir, inestabilidad emocional, ataques de ansiedad, conducta agresiva ante las personas más cercanas a mi, malas contestas, problemas de actitud, causantes de que una vez hasta hiciera llorar a mi madre por causa de un ataque de ansiedad que me hizo atacarla a ella verbalmente.

Todo por una necesidad de defenderme, porque rechazaba que me acusaran o me culparan de cosas o me dijeran la verdad en mi cara, porque no lo soportaba y sentía la necesidad de atacar para atrás.

Sin embargo por otro lado, a mi me encataba darmela de franca, y decirle la verdad a la gente en su cara, duélale a quien le duela, solía decir “el que me quiere me quiere como soy y punto”, como si los demas tuvieran la obligación de aguantarme por mi linda cara.

Pero el día que hice a mi madre llorar detono algo en mí, porque sentí que ya había llegado lejos, mas de lo que la culpa y mi conciencia me podrían dejar seguir.

Y cuál fue mi primer paso? reconocer que estaba mal y que necesitaba ayuda, De quién busque ayuda? De Dios, solo mi familia y yo supimos de este proceso, y algunos de mis amigos cercanos notaron algo leve porque me aparté de todo el mundo por meses.

La Revelación

En ese tiempo, diosidencia de la vida, se había pautado un retiro con el ministerio de alabanza y algunos lideres de la iglesia, en un lugar creo que de Gurabo, Santiago, RD., ni siquiera lo recuerdo bien de tanto tiempo que ha pasado desde ese entonces, creo que unos 10 años o mas. Ese día hubieron varios exponentes y predicaciones, hasta que llegó la ultima predicación que era la de el pastor Elvis Sahad, mi pastor desde que tengo 12 años. El predicó sobre la gracia, ya yo lo había escuchado a él mismo predicar sobre gracia anteriormente, pero ese día sentía algo distinto, supongo que mi espíritu ya estaba dispuesto a escuchar y recibir, y sabes qué? ese día, por primera vez en mi vida recibí revelación de lo que era la gracia de Dios, que va más allá de la simple traducción de “favor inmerecido”.

No recuerdo con exactitud las palabras del pastor Sahad, pero si recuerdo perfectamente que el hablaba de la gracia como un amor infinito, mas grande que mis pecados, mas grande que mis pensamientos, y que todo lo que me atormentaba en ese momento, que la gracia de Dios no está condicionada a mis actos, sino que es dada a todos y cada uno de nosotros por amor.

Yo lo veo de esta forma; La gracia, es la decision de Dios de bendecirnos en vez de maldecirnos, aún siendo merecedores de lo peor por nuestra naturaleza pecaminosa, Dios decide darnos lo mejor, recuerdan que les dije más arriba que pensaba que todos los días perdía mi salvación con el mínimo pensamiento malo que tuviera?

Si fuera tan fácil perder la salvación entonces la gracia tuviera fecha de caducidad o limites, pero no es así, va mucho mas allá.

Cuando estaba escuchando estas palabras, en mi pequeña cabecita no cabía lo que estaba escuchando, casi no lo podía creer, tantos años, siendo redimida por su gracia y sin embargo viviendo como esclava del pecado, pero el Espíritu Santo convenció a mi espíritu de que esto era verdadero, y desde entonces, nunca fui la misma, no puedo decir que mi transformación fue de la noche a la mañana, pero sí puedo decir, que empece a ver la vida con más color.

La Convicción

Cuando en la biblia dice, cuiden su salvación con temor y temblor, no es porque estas en un juego de frio caliente y que Dios vive con el relajo de que te la da, te la quita, te la da, te la quita, te la da, te la quita, noooooo, lo que esto quiere decir, es que no debemos tener la salvación como que es cualquier cosa, sino que debemos atesorarla y reconocer el sacrificio que costó el hecho de que hoy gocemos de ella, muchas personas conociendo la gracia de Dios, la mal usan y se aprovecha o se van por los extremos con la doctrina de “salvo siempre salvo” recuerda que Dios ve tu corazón y la vida mana de el, si en tu corazón hay pecado, podredumbre, envidia, contienda, chisme, problemas, desagradecimiento, etc. crees que de verdad manará la vida de el? recuerda que en la palabra dice “por sus frutos los conocerán”.

En Filipenses 2:12 dice; “Por tanto, mis queridos hermanos, así como ustedes me han obedecido siempre, y no solo cuando he estado entre ustedes, obedezcan más ahora que estoy lejos. Hagan efectiva su propia salvación con profunda reverencia”. Esto es en la traducción Dios Habla Hoy DHH94PC.

En otras traducciones como la Reina Valera 1960, RVR1960, dice: “ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”.

Muchos asumieron que este pasaje hablaba de que era fácil perderla, y de que debíamos cuidarla con temor y temblor, pero si leemos otras traducciones y nos vamos al contexto de la palabra podemos ver que a lo que se refiere es a vivir una vida de reverencia, haciendo honor al favor o gracia de una salvación tan grande, que no nos tomemos la salvación a la ligera, sino que vivamos de acuerdo a lo que profesamos, y que así como Pablo dice, que no solo se porten bien mientras el está, sino que se porten aún mejor cuando el no está.

Porque les digo esto? Porque para mi, el saber esto fue liberador, y me permitió entender que Dios es más grande que el pecado y que mi concupiscencia que me corroe, es más grande que mis miedos, mis dudas, y que mis pensamientos, que Dios me ama por sobre todas las cosas, y aun sabiendo que yo era mala, y que no merecía nada bueno, envió a su único hijo, y lo sacrificó por mi, y más aun, que Jesús ama tanto al padre y a esta humanidad, que voluntariamente se entregó y obedeció hasta lo sumo al padre celestial por mí.

Entonces sabiendo esto, Porqué yo misma me condeno? Porqué sufro tanto por cosas que ya Dios perdonó?, Él sabe que en mi naturaleza siempre padeceré estas cosas, Jesús es tan bueno, que antes de irse, nos dejó una promesa la cual cumplió y es de dejarnos un consolador y una ayuda, puesto que Él sabia que solos no íbamos a poder, y este es el regalo del Espíritu Santo, gracias al Espíritu Santo de Dios es que hoy podemos vivir una vida mejor, y dando fruto al ciento por uno, alejados del pecado y de la maldad, y de pensamientos inicuos, pero aún así sabiendo que si en algún momento caemos, o volvemos a pensar lo que no debemos, si nos arrepentimos de corazón el Señor nos perdona y el Espíritu nos redarguye y nos ayuda a no volver a caer .

El cambio

De el retiro salí con una mente renovada, sin embargo me tomó mucho tiempo y podría decir que hasta sufrimiento cambiar mi actitud, se trataba mucho de Dios y poco de mí, lo que se trataba de mí, era mi voluntad de cambio, pero la mayor parte del trabajo, lo tenía Dios conmigo, mi tarea era dejarme moldear, y creanme, que cuando Dios te moldea, duele, pero el resultado es mas que gratificante.

Durante esos meses estuve muy sola, y con una lucha mental constante, a parte de que, cuando el enemigo sabe que el barro está puesto en manos del alfarero, él hará lo que sea para estropear el barro, hasta le pedirá a Dios mismo permiso para zarandearte.

El Arma

Recuerdo que tuve sueños y visiones traídos por el mismo enemigo para confundirme y tentarme, porque mi mente aun era débil, y necesitaba fortalecerla, pero recuerden que Dios nos ha equipado con una armadura espiritual poderosa.

En Efesios 6:17 dice; “Tomad también el yelmo de la salvación”,

Porqué el yelmo de la salvación? El yelmo es un casco de guerra, el cual obviamente se coloca sobre la cabeza, protege tus oídos, tus ojos, y tu cerebro (órgano vital) de cualquier dardo o golpe que puede lanzar el enemigo. Porqué de la salvación? Porque la salvación representa IDENTIDAD, y esto mis amados hermanos, era justo lo que a mí me faltaba, reconocer que soy HIJA DE DIOS, y que soy valiosa, que soy la niña de sus ojos, y que no soy más llamada pecadora, sino redimida y santificada, por medio de la sangre de Cristo Jesus.

Para finalizar los dejo con las escrituras en;

Salmos 73:22-28

'Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti. Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.


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